La mujer de la Biblia
¿Adicta al celular?
Escrito por: M. Cecilia Celso
Según estudios recientes, las personas que pasan más de dos horas al día en las redes sociales se consideran como una persona adicta y que tienen mayor probabilidad de sufrir trastornos psicológicos, problemas de salud mental de algún tipo como depresión, ansiedad, falta de voluntad, ocio y pensamientos negativos.
Desde que aparecieron los celulares nuestras vidas han cambiado por completo. Tenemos a mano toda la información disponible donde nos facilita realizar determinadas tareas y nos permite estar cerca de aquellas personas que queremos con tan solo una llamada o mensaje sin importar el lugar.
Pero también el uso excesivo del celular ha dificultado las relaciones personales, como relaciones de pareja, familia y amistad.
Ahora bien, los cristianos no estamos exentos a esta situación.
Debemos recordar que nuestra única búsqueda habitual y completa es la de Dios, más que cualquier otra cosa. Todo lo que nos hace alejar de Su Palabra y de tener una relación estrecha con Dios, debemos considerarlo pérdida. Solo Él es digno de nuestra completa atención, amor y servicio.
Si tu vida consiste en estar atenta a las llamadas y mensajes, pasando horas y horas frente a la pantalla tanto en el almuerzo como en la cena, déjame decirte: eres adicta al celular.
El problema no es la tecnología, sino, nosotras que deseamos otras cosas en exceso. No está en el uso diario, sino en el mal uso que le damos.
Si te encuentras en esta situación, busca a Dios en oración pidiéndole ayuda para poder ser libre y poder tener una verdadera relación con Él. Una vida que sea de agrado y ordenada.
Sobre el autor:
M. Cecilia Celso
Sirve en el Ministerio La mujer de la Biblia, quien además es autora de varios textos en la misma página, también aporta con su voz en los videos.
Desde hace diez años vive en el sur de Argentina, en la Provincia de Santa Cruz.
Está felizmente casada y tiene tres hijos.
Agradece a todas las mujeres de esta fan page por apoyar este Ministerio, y las anima a seguir creciendo espitirualmente con el fin de reflejar la imagen y carácter de Dios.