La mujer de la Biblia
DORCAS
LA MUJER QUE SE HIZO FAMOSA POR SU COSTURA
Referencias bíblicas: Hechos 9:36-43
Significado del nombre: Dorcas implica «el femenino del corzo», «una gacela», símbolo de belleza. Dorcas es el primer nombre griego femenino que se menciona en el Nuevo Testamento, su equivalente hebreo es Tabita que es la forma sirio-caldea del hebreo Ziblah, o Tsibiah, nombre de una princesa de Judá, madre del rey Joás. Wilkinson dice que «el equivalente griego del nombre siríaco puede explicarse debido a su residencia en Jope, un puerto de mar muy frecuentado y sin duda parcialmente habitado por extranjeros que hablaban principalmente el idioma griego».
Nexos familiares: La Biblia calla respecto a los ancestros y genealogía de Dorcas. En el pueblo costero de Jope ella se hizo popular por sus obras de caridad y un grupo caritativo llamado Dorcas Society [Sociedad Dorcas] se llama así en memoria de ella.
He aquí una mujer «que con una aguja bordó su nombre de manera imborrable en las beneficencias del mundo». ¿Dónde aprendió a coser, a hacer los vestidos para los pobres y destacarse por sus obras caritativas? Posiblemente pudo haber sido en un hogar piadoso en el que le enseñaron a usar sus dedos y su dinero para consolar y aliviar al necesitado. Dor-cas debe haber sido una mujer de buena posición para servir a la humanidad con la libertad que lo hizo. En el relato histórico que Lucas nos da, nos muestra cinco vislumbres de su testimonio y de su obra.
Era cristiana
Se le llama: «una discípula», y de esta manera se le incluye entre los numerosos discípulos que se mencionan en el Nuevo Testamento. Mediante el ministerio de Felipe, el evangelista con poder del Espíritu, se estableció en Jope, conocida ahora como Jaffa, una iglesia cristiana, y desde una fecha temprana la iglesia no solo fue un fervoroso centro de evangelismo sino también de un muy bien organizado servicio social.
Dorcas posiblemente conoció a Cristo como su Salvador en esta iglesia, y allí comprendió la visión de cómo podia servir a Cristo con su dinero y aguja. Dorcas sabía lo que era tener un corazón regenerado y esta fue la fuente de su vida desprendida y sus obras caritativas. Detrás de su costura estaba un alma salvada. El dar limosnas y hacer vestidos en sí no tiene ningún mérito delante de Dios quien, en primer lugar, pide nuestros corazones antes que nuestros talentos. Fue solo cuando rescataron a María Magdalena de su pasado manchado que Cristo aceptó el deseo de ministrar sus necesidades.
En nuestras iglesias y también en organizaciones encomiables hay muchas mujeres que, con ideales humanitarios, se involucran en varias actividades de ayuda con el único objetivo de hacer el bien. Pero Cristo no las puso en ese servicio. Se embarcan en la tarea tratando de imitar a Dorcas, aunque se olvidan de que cuidar a las viudas y a otros necesitados brota de una «religión pura y sin mancha» que también se revela a sí misma mediante el «conservarse limpio de la corrupción del mundo» (Santiago 1:26, 27).
Cuando Lucas dice que Dorcas se esmeraba en hacer buenas obras, emplea la palabra «es-meraba» para referirse principalmente a que su gracia interior motivaba los hechos exteriores. «Las buenas obras solo son genuinas y cristianas cuando el alma del que las ejecuta está impregnada con ellas». Para que el vaso de agua fría sea aceptable debe darse en Su nombre. Entonces, al igual que Dorcas, ser buena significaba hacer lo bueno.
Sus multiformes buenas obras fluían de un corazón agradecido hacia Dios por su gracia salvadora.
El comentarista Lange dice que: «La gacela se destaca por su forma esbelta y hermosa, sus gráciles movimientos y sus delicados pero brillantes ojos; los hebreos y otras naciones orientales a menudo la presentaban como imagen de la belleza femenina, y con frecuencia el nombre se empleaba como nombre propio, en el caso de las mujeres». No se nos dice si Dorcas, cuyo nombre significa «gacela», era una mujer hermosa o no.
Ciertamente vivió una vida hermosa, y sus ojos reflejaban la compasión del Maestro a quien tan fielmente servía. Todos los que estuvieron bajo su influencia y recibieron su ayuda vieron en ella la belleza de Jesús. Como discípulo que era, ciertamente tenía fe en el que la había llamado, pero llegó a ver que la fe sin obras está muerta. Ella también sabía que las obras sin fe no tienen mérito alguno ante Dios, así que las manos que repartían limosnas y cosían vestidos estaban inspiradas desde el interior por Aquel cuyas manos fueron clavadas a un madero.
Fue un alma generosa
Dorcas la creyente fue asimismo Dorcas la benefactora. «Esta se esmeraba en hacer buenas obras y en ayudar a los pobres».
Qué significativas son esas cuatro palabras!
Por ahí hay muchas personas bien intencionadas que se sientan y hablan acerca de obras de caridad que nunca llevan a cabo. A veces proponen algunas obras y dejan que otros sean quienes las ejecuten. Dorcas no solo pensó en maneras de ayudar a los necesitados sino que también llevó a cabo sus pla-nes. ¡Se esmeraba en hacer! Ella sabía lo que podía hacer y lo hizo. Alestudiar los personajes femeninos de las Escrituras es interesante descubrir cómo varios de ellos se destacan por una u otra gracia o acto de misericordia.
A Rizpa la recordamos por su amoroso cuidado de los muertos.
A la viuda de Sarepta por dar pan al hambriento.
A Ana la profetiza por su ayuno y oración día y noche.
A Marta, como la reina de la hospitalidad.
A María por su frasco de ungüento perfumado.
Juana, y su servicio a Jesús.
A Dorcas, por su cuidado de las viudas y por abrigar a los pobres.
Además, unos pocos personajes de la Biblia han servido de inspiración a valiosas instituciones para el bienestar de la sociedad humana:
María Magdalena: hogar para las chicas perdidas y descarriadas.
Lázaro: cuyo nombre llevan algunos hospitales que cuidan del enfermo y el pobre.
Dorcas: fuente e inspiración para las Sociedades Dorcas en todo el mundo.
Entre sus buenas obras estaba la confección de abrigos y vestimenta para las viudas y Los necesitados de la iglesia y la comunidad con sus amorosas manos. El servicio práctico y desprendido de esta cristiana humanitaria ha llenado el mundo con su fragancia, pues de aquel pequeño pueblo de Jope fluyeron una multitud de organizaciones caritativas y de benevolencia en las que las mujeres se han destacado. Ante Dorcas se presentó la misma pregunta que se le hizo a Moisés cuando sintió que él no era el hombre que debía librar a Israel de la esclavitud egipcia:
«¿Qué tienes en la mano?» Y Moisés respondió: «Una vara» (Éxodo 4:2). Y esa vara se convirtió en el símbolo del poder divino que se le había otorgado. «¿Qué tienes en la mano?», le preguntó el Señor a Dorcas. Ella dijo: «Una aguja», y él tomó lo que ella tenía y ella cosió por Cristo. Toda la alabanza vaya entonces a la aguja que representaba la generosidad práctica entre los necesitados. Las vestimentas que Dorcas cortó y cosió representaban la fe cristiana en acción. «Necesité ropa, y me vistieron», dijo Jesús de aquellos que vistieron a sus hijos pobres y destituidos.
Lloraron su muerte y la extrañaron
Fue un día triste para la iglesia en Jope cuando uno de sus más amadas y devotas miembros murió en medio de sus obras de caridad. «A la muerte le gusta una marca brillante, un silbido como señal», y la muerte encontró dicha marca en la bondadosa Dorcas cuya muerte fue un golpe para la comunidad. La vasija que contenía el costoso ungüento se rompió y el olor llenó la casa como nunca antes. Unas manos cariñosas lavaron el cuerpo y lo colocaron en la recámara superior con los sentimientos expresados por el poeta:
Hermana, fuiste dulce y adorable, Suave como la brisa del verano,
Agradable como el aire de la mañana
Cuando flota entre los árboles.
Aunque sin lugar a dudas Dorcas era dueña de su casa, parece que no tenía familiares que lloraran su partida. Las viudas a las que había vestido y para quienes había sido una amiga, la prepararon; y prevaleció una gran tristeza. Aunque fue tan diligente por el bien de otros, Dorcas murió en medio de una vida útil. El escritor tenía un amigo predicador que siempre decía que quería morir con sus botas puestas, y así sucedió un domingo en la mañana mientras predicaba el evangelio. ¿Es posible que Dorcas haya sido llamada de repente con su aguja en la mano?
¡Qué tremenda forma de partir!
Resucitó de los muertos
Los demás discípulos de la iglesia en la que había adorado, supieron que Pedro estaba cerca y enviaron a dos miembros a rogarle al apóstol que visitara la dolida comunidad. Ellos sabían que él había ejercido poder sobrenatural, y sin duda albergaron la esperanza de que su muy amada benefactora pudiera vivir nuevamente. Como fiel ministro que era, Pedro no demoró en acompañar a los dos hombres a la recámara de defunción en Jope donde estaban reunidas las viudas llorando. El apóstol debe haberse conmovido al ver cómo exhibían reverentemente los abrigos y vestidos que Dorcas había hecho para ellas. Entonces, siguiendo el ejemplo de Cristo cuando resucitó a la hija de Jairo, «Pedro hizo que todos salieran del cuarto; luego se puso de rodillas y oró» (véase Juan 11:41, 42). Cuando sintió que su petición había sido recibida, Pedro habló la palabra de poder y autoridad: «Tabita, levántate», y la vida regresó a ella. Dorcas se sentó, y Pedro la presentó viva a los santos y a las viudas (véase Mateo 9:25; Marcos 5:40, 41).
¡Qué escena tan conmovedora debe haber sido! Qué tremendo gozo debe haber reinado entre los santos y las viudas, ahora que la tan querida Dorcas estaba viva nuevamen-te, y en su vida resucitada, con entera dedicación al servicio del Maestro, estaba dispuesta a volver a tomar la aguja. Su regreso de la muerte debe haber sido de gran ganancia para la iglesia. Su único problema era que tendría que enfermarse nuevamente y cruzar por segunda vez las puertas de la muerte.
Fue motivo de avivamiento
La resurrección de Dorcas tuvo un doble efecto. Primero que todo, el milagro consoló a los que se lamentaban pues había regresado a su vida de buenas obras y limosnas. Este milagro fue como los de nuestro Señor, de misericordia. El segundo efecto fue convencer a todos de la verdad de la fe cristiana por el testimonio de un poder milagroso. El mensaje resonó por todo Jope: «iDorcas está viva!» «y muchos creyeron en el Señor». El milagro efectuado en aquel aposento alto no fue entonces un milagro por el mero hecho de hacer un milagro. Dorcas resucitada de la muerte física se convirtió en la causa de la resurrección de muchos de sus tumbas de pecado e incredulidad. Cómo deben haber aumentado los miembros de la iglesia de Jope debido a los que recibieron la salvación como resultado del regreso de Dorcas del imperio de la muerte. Leemos que tras la resurrección de Lázaro muchos de los judíos creyeron en Jesús. ¿No se cumple lo mismo en una resurrección espiritual? Una vida transformada atrae a otros hacia el Salvador. Leemos que después del milagro, Pedro permaneció en Jope durante muchos días, y podemos asumir que su ministerio ayudó grandemente a la iglesia allí en el afianzamiento de los recién convertidos. Pedro se hospedó con Simón el curtidor, un santo que preparaba pieles para la gloria de Dios, de igual forma que Dorcas confeccionaba sus vestidos con manos consagradas.
Una lección que debemos recordar cuando dejamos a nuestra piadosa benefactora es que ella no estaba consciente de la magnífica obra que hacía y del largo alcance de sus consecuencias. Dorcas no aspiraba a ser una líder, sino que estaba contenta con quedarse en su casa y tratar de hacer todo lo que podía de todas las formas que podía. De esta manera, a pesar de sí misma, se convirtió en una gran líder de una causa filantrópica casi universal, igual que hizo «La señora de la lámpara», Florence Nightingale, cuando fue a Crimea a cuidar de los soldados heridos y moribundos en el campo de batalla. ¡Que tengamos la gracia suficiente para hacer lo que venga a nuestras manos, como si fuera para el Señor!
Esta es una colaboración del ministerio de mujeres «Arraigadas En Su Verdad». Escrito por: -Hebert Lockyer.