Es curioso y a la vez interesante la descripción que usa David en este cántico, donde describe de manera metafórica al justo. 

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Salmos 92:12

"El justo florecerá como la palmera, crecerá como cedro en el Líbano".

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Esto llamó mi atención. La palmera y el cedro tienen muchas característica. Una de ellas es, que simbolizan permanencia y fortaleza.

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La palmera es un árbol de la familia de la palmas, grande, recto y alto; simbolizaba permanencia y fortaleza, alcanza unos veinte metros de altura, su tallo es largo y de grosor constante y está coronado por una copa de grandes palmas siempre verdes, vive de cien a doscientos años. Además la palmera es muy flexible y se deja empujar y zarandear en vez de ofrecer resistencia a los vientos huracanados como hacen otros arboles, esa es la clave, ninguna madera es tan elástica como el tronco de la palmera, de hecho no es una madera sino que está compuesta por fibras esponjosas, casi imposible de romper.

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El cedro es un árbol grande y frondoso, poderoso, con tronco grueso y derecho, ramas horizontales, largas y bien extendidas, de hojas perennes, alcanza unos cuarenta metros de altura, crecía en el Líbano, daba una madera muy apreciada para la construcción de palacios y templos. El valor del cedro era la calidad de su madera.

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Que hermoso es poder reflejar estas características. 

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• Crecer como la palmera: Sosteniendo nuestra mirada en Cristo, el autor y consumador de nuestra fe.
   

• Florecer como la palmera: Con buenos frutos que reflejen el carácter de Cristo
   

• Permanecer como la palmera: Arraigadas en Él, a pesar de los fuertes vientos que nos golpean con ímpetu
   

• Crezcamos como el cedro en el Líbano: Como quienes mantienen una estrecha relación con el Señor, manteniéndonos vigorosas, verdes, fuertes y que exalten y glorifiquen a Dios.

 
Amada hermana, que el Señor te fortalezca y continúe obrando en tu vida, hacia un crecimiento espiritual. Manteniéndote arraigada en Su verdad,  firme en la fe, como la palmera y el cedro.

 

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