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Cómo enfrentar la ansiedad

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Escrito por: M. Cecilia Celso

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Me pregunto si muchas de ustedes han pasado, o están pasando por este estado que es <la ansiedad> He vivido momentos difíciles, donde he tenido episodios, en presencia de mi familia y otros a solas. Sintiendo un fuerte peso en la espalda y hombros, que creo poder llevar, pero no soy capaz de soportar esa pesada carga que va acompañada de ligeros latidos en el pecho, y un pasaje de aire muy fino en la garganta.

 

Cuanto más pesada es la carga, más presión siento, y se me dificulta realizar y cumplir cada tarea del hogar. Y es curioso a la vez, porque me esfuerzo por lograrlo, y en el transcurso del día va generando cansancio, pero me esmero, como queriendo tener el control de todas las cosas. Así fueron apareciendo con más frecuencia estos eventos y manifestándose de esta manera.

 

Me pregunto a mi misma ¿se puede tener el control de todas las cosas?

¡Definitivamente no! Me gustaría compartirles desde mi experiencia, como Dios ha ido regenerando mi vida, y cómo he enfrentado la ansiedad.

 

Hace algunos años tuve varios episodios de ansiedad, incluso estrés, por diferentes situaciones y motivos. Primero pasé de una manera muy solitaria la partida fisica de mi madre. ¡Y si! La pérdida de un ser querido es un tiempo a transitar muy difícil. Pero puedo decir que Dios ha sido muy bondadoso conmigo. Su Espíritu ha prevalecido en mi, aún cuando creo no ser digna de merecer su amor y misericordia.

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Luego tanto la maternidad como la crianza de los hijos, resulta ser algunos días dulces y otros amargos, cumplir con horarios, responsabilidades escolares y extracurriculares, algunas noches de insomnio y otras largas noches de velar por la salud de mis hijos, han causado una  gran desorganización en mi mente, cuerpo y espíritu.

 

En mi mente porque el estado de ella, era muy vulnerable. En mi cuerpo, por cuanto no tenia buena alimentación y eso producía bajar y subir de peso, y me sentía muy débil. Y en mi espíritu, porque se estaba apagando, me sentía afligida y sin voluntad para desempeñarme.

Así que enfrentar otro episodio en ese estado tan frágil, era cada vez más riesgoso e insostenible.

 

De manera que la oración y la lectura iban menguando, ya que los episodios se hacían notar con más frecuencia.

 

Pero una tarde cansada del peso y abrumada de tanto pensar, tomé la llave de mi vehículo y salí a tomar un poco de aire fresco, e intentar componerme. Y mientras conducía me dirigí a Dios en oración diciéndole <Oh Padre, tú sabes cómo me siento. Te entrego mi carga, no puedo llevarla>

Esa fue toda mi oración, y otras íntimas.

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Pero pude entender que el problema de mi vida disfuncional, era producida por mi falta de comunicación y humildad de no querer reconocer lo frágil que es mi mente y mi vida, sin la ayuda de Dios.

 

Creo que el problema que muchas veces transitamos, radica en la falta de conocimiento de las escrituras, la cual nos hacen sabias, y nos permite tener una mejor visión y comprensión a nuestras vidas. Y por otro lado el autocontrol que ejercemos haciéndonos cargo de muchas responsabilidades y cosas hasta llegar al punto de poner en riesgo nuestra salud.

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La no dependencia a Dios, como si aún no hubiéramos entendido quién es Él y sus atributos. Lo débiles y pequeñas que somos, incapaces de sobrevivir separadas de Dios, impidiendo que haga su voluntad en nosotras, y creernos autónomas. Y a la vez tener una vida no controlada por el Espíritu Santo.

 

Cuando leemos Mateo 11:28-30

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

 

Podemos ver que Cristo nos hace una invitación a acercarnos a su presencia, de manera que nos muestra que hay una lejanía entre nosotras y Él, para hallar descanso, debemos ir confiadamente con total humildad y fe.

 

Por otro lado él nos muestra su carácter cuando dice “aprended de mí” en otras palabras, “sean imitadores de mi, vivan como yo viví, y vine a representarlos aquí en la tierra, con un corazón manso y humilde. Y de esa manera hallarán descanso para su alma, paz, tranquilidad, reposo, quietud”.

 

Es al lado de Cristo que solo podemos aprender a vivir en total seguridad y paz. Esto no quitará que tengamos que pasar por pruebas y dificultades, pero en Cristo hallaremos descanso.

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Sobre el autor:

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M. Cecilia Celso

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Sirve en el ministerio de La Mujer de La Bilblia quién ademas es autora de varios textos en la misma página, también aporta con su voz en los videos.

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Desde hace 9 años vive en el sur de Argentina, en la Provincia de Santa Cruz. Está felizmente casada y tiene tres hijos.

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Agradece a todas las mujeres de esta fan page y las anima a seguir creciendo espiritualmente, con el fin de reflejar la imagen y carácter de Dios.

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