
La mujer de la Biblia
Hacia una perspectiva bíblica en la maternidad

Autor: Susi Bixby
Hacia una perspectiva bíblica en la maternidad
¡Tengo amigas mamás de cada estilo y personalidad! He escuchado algo parecido a cada una de estas declaraciones de sus bocas (o sus publicaciones):
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“Si yo no trabajo, nadie en mi casa sobreviviría. Todos necesitamos un break los unos de los otros, y así disfrutamos el tiempo que tenemos juntos”.
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“Nada me encanta más que pasar el día en medio de las ocurrencias de mis hijos en casa. No me importa el desorden, yo disfruto cada minuto con ellos y no me estreso”.
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“Amo a mis hijos, pero también amo que les guste ir a casa de sus primos o sus abuelitos y así yo puedo tener tiempo para mí a veces”.
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“Dios me encargó la tarea de la crianza, así que el homeschooling es la única manera de educar bíblicamente a mis hijos, y yo soy la única indicada para experimentar junto a ellos cada minuto de sus vidas”.
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“Yo entrené a mis hijos desde pequeños a no necesitarme todo el tiempo porque sabía que, con mi personalidad, yo necesitaría un poco de espacio para mantener mi salud mental”.
¡Qué gran variedad de ideas y perspectivas! Y estas no son las únicas posibilidades. Hay una gran cantidad de opiniones sobre cuánto tiempo debe pasar una mamá con sus hijos, y si es aceptable que pasen tiempo con otras personas.
«Si Dios nos llama a una tarea, Él nos suple de todos los recursos y la sabiduría para cumplirla de una manera que le agrada»
¿Cuál de estas amigas tiene la razón? ¿Cuál está “equivocada” o tiene motivaciones erradas? Si eres como yo, esas son preguntas para las que deseas respuestas. ¿Cuál perspectiva es correcta? ¿Los hijos de cuál mamá van a salir mejor? ¿Cuál mamá es más feliz?
Mis queridas hermanas mamás, estas no son las preguntas correctas.
Más bien, debemos preguntarnos:
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¿Cuál es el llamado que Dios me ha dado como mamá en su Palabra?
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¿Cómo puedo y debo vivir ese llamado en mi vida diaria, en la situación de vida específica en la que Dios me ha colocado?
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¿Cuáles son las necesidades más grandes que mis hijos tienen y cómo Dios quiere usarme para suplirlas?
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¿Cómo mi carne pecaminosa y la cultura que me rodea me está engañando y qué mentiras estoy creyendo en cuanto al tiempo que paso con mis hijos?
Podemos estar seguras de que, si Dios nos llama a una tarea, Él nos suple de todos los recursos y la sabiduría para cumplirla de una manera que le agrada.
Perspectivas erróneas sobre la maternidad
Para llegar a una conclusión bíblica sobre la relación de una mamá con sus hijos, quizá nos ayude destacar algunas creencias y suposiciones comunes sin fundamento bíblico. Así destapamos algunas mentiras que podríamos estar creyendo. Por ejemplo:
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“Mamá, eres la persona más importante en la vida de tu hijo. Su bienestar depende de ti”. Esta es una enseñanza asociada con el apego y varios estilos de crianza. Pone una carga muy pesada sobre los hombros de la mamá y no tiene fundamento bíblico.
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“El homeschooling es la única educación bíblica”. Esta enseñanza no viene de la cultura inconversa sino de ciertas líneas dentro de la iglesia, y tampoco está basada en la Palabra.
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“Debes programar citas contigo misma para consentirte y recordarte a ti misma lo valiosa que eres. Necesitas un tiempo para ti”. Una cultura enfocada en la autoestima, y en agradarse a uno mismo para poder disfrutar la vida, aplica estas mismas perspectivas a la maternidad pero esto no es bíblico.
Verdades bíblicas sobre la maternidad
Como mamás creyentes, cuyas vidas están fundadas sobre la inerrante y suficiente Palabra de Dios, debemos creer que siempre hay verdades bíblicas que podemos aplicar a cualquier situación. Te comparto algunas que me han ayudado a mí en este tema:
Dios nos llama a invertirnos en instruir y discipular a nuestros hijos (Ef. 6:1-4; Dt. 6).
Después de la relación personal con Dios, y la relación matrimonial, el llamado a criar discípulos debe tomar prioridad sobre cualquier otro deseo, sueño, carrera, o actividad. Esto quiere decir que las prioridades de Dios rigen la crianza. Prioridades como la iglesia local, la instrucción en la Palabra, la lucha contra el pecado, y el desarrollo de habilidades y carácter que sirven al reino de Dios.
«Como mamás creyentes, debemos creer que siempre hay verdades bíblicas que podemos aplicar a cualquier situación»
Cada mamá debe analizar su corazón y sus prioridades. Al hacerlo, debe preguntarse si sus decisiones sobre cómo y con quién pasan tiempo sus hijos están fundamentadas sobre las prioridades de Dios. Algunas mamás reconocerán que confían demasiado en sí mismas y por eso no permiten que sus hijos se separen en ningún momento de ellas. Otras verán metas y prioridades deficientes que las han alejado de estar presente como deberían con sus hijos.
Dios nos llama a negarnos a nosotros mismos (2 Co. 5:15; Lc. 9:23).
Todo seguidor de Jesucristo debe estar creciendo en negarse a sus deseos y preferencias. Esto es la esencia de la vida cristiana: negarse a uno mismo y tomar la cruz diariamente y seguir a Jesús. Como mamás, debemos preguntarnos de qué maneras nuestra crianza refleja que vivimos para nosotras mismas al exigir demasiado tiempo a solas, al resentir la enorme cantidad de servicio que implica la crianza, o al escoger regresar a una carrera porque creemos que nos llena más que estar todo el día en casa.
De igual manera con nuestros hijos, debemos evaluar si nuestra crianza promueve la autonegación o el estar centrado en sí mismos. El hijo que tiende a querer estar siempre activo y fuera de casa entretenido en alguna actividad o con algún amiguito, puede que necesite estar más tiempo alrededor de mí. Y la hija que no quiere estar con nadie más y está muy apegada a mí, quizá necesite aprender a servir a mamá y a los demás al estar dispuesta a negarse ese deseo.
Dios no llama a los padres a controlar ni producir cambio (Fil. 1:6; 2:13; Hech. 4:12).
En mi experiencia, y conversando con muchas mamás, con frecuencia las mamás luchamos con querer controlar la vida y conducta de nuestros hijos. Esto a veces produce la idea de que no debemos dejarlos fuera de nuestra vista. Vivimos como si pudiéramos controlar cada aspecto de su vida, o como si fuéramos capaces de producir en ellos lo deseado.
Esta es una mentira que comúnmente puede creer la mamá que hace educación en el hogar porque se siente más en control de todas las actividades de sus hijos. O la que no permite ni anima a su niño de edad preescolar a tener un tiempo a solas para jugar en su habitación porque siente que debe estar controlando todo momento de su vida.
Oremos que las madres creyentes nos caractericemos por la autonegación y humildad que caracterizaban a Cristo.
Es nuestra tarea proteger a nuestros hijos y evitar que estén en situaciones de peligro, pero Dios es el único que puede cuidar de ellos en cada momento, y es el que puede obrar en sus corazones el verdadero cambio. Para algunas mamás, es necesario soltar el control a Dios, y decidir permitir que sus hijos pasen tiempo con otras personas. O puede ser necesario soltar el control de las finanzas familiares y dejar de trabajar para pasar más tiempo con los hijos.
Dependamos del Señor
Dios trata con cada familia de manera individual. Las mamás somos propensas a compararnos, y ahora con las redes sociales esto es un problema mucho más grande. La Biblia está llena de la sabiduría que necesitamos para la vida y la crianza, pero no nos dice exactamente qué hacer en áreas como opciones educativas, si mamá debe trabajar o no, colecho o dormir solo, cuánto deben involucrarse los abuelos, y más.
Dios desea que cada madre y padre viva en dependencia de Él y camine diariamente buscando Su sabiduría. Dios siempre está más interesado en tu relación con Él que en tus métodos de crianza. Mi hogar, con mis hijos, mi matrimonio, nuestros hábitos, y nuestro ritmo de vida se va a ver distinto a todos los demás. Esto es sano y normal. Cada matrimonio debe vigilar por su propio hogar.
Las actitudes de mi corazón como mamá son más importantes que exactamente cuánto tiempo pasan mis hijos en mi presencia. Por lo tanto, oremos que las madres creyentes nos caractericemos por la autonegación y humildad que caracterizaban a Cristo. Así podremos ser un mejor instrumento en la vida de nuestros hijos.
Susi Bixby es hija de Dios, hija de misioneros, esposa de Mateo, y madre de tres adolescentes. Deseando vivir el diseño de Dios para su vida, dedica la mayor parte de su energía y tiempo a su hogar. Reside en Monterrey, México, donde sirve con su esposo en la Universidad Cristiana de las Américas y la Iglesia Bautista la Gracia. Le encanta estudiar y enseñar la Palabra, tocar el piano, y tomar un buen café.