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La historia de Rut: De la desolación a la redención

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En un momento de sequía y hambruna, Noemí y su esposo, Elimelec, tomaron una decisión que cambiaría sus vidas para siempre. Dejaron su hogar en Belén, en la tierra de Judá, y se mudaron a Moab, un país pagano. Aunque no consultaron a Dios, esperaban encontrar alivio y provisiones en esta tierra extranjera.

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"Y aconteció que en los días de los jueces, hubo una hambruna en la tierra. Y un hombre de Belén de Judá salió con su mujer y sus dos hijos a morar en los campos de Moab" (Rut 1:1).

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Pero, ¿qué pasa cuando tomamos decisiones sin consultar a Dios? ¿Qué consecuencias pueden surgir cuando nos alejamos de su voluntad? La historia de Noemí y Elimelec nos muestra que, aunque podemos pensar que estamos tomando el control de nuestras vidas, en realidad, estamos poniendo en riesgo nuestra comunión con Dios y nuestro futuro.

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La desolación y la muerte pronto los alcanzaron. Elimelec murió, y Noemí se quedó sola con sus dos hijos, Mahlón y Quilión. Aunque se casaron con mujeres moabitas, Rut y Orpah, la desgracia continuó. Ambos hijos murieron, dejando a Noemí y sus nueras en una situación desesperada.

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"Noemí dijo a sus nueras: 'Vayan, vuelvan cada una a la casa de su madre. Que el Señor tenga misericordia de ustedes, como ustedes han tenido misericordia de los muertos y de mí'" (Rut 1:8).

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En ese momento, Noemí tomó la decisión de regresar a su hogar en Belén. Pero aquí es donde vemos un contraste interesante entre las dos nueras. Orpah, la otra mujer moabita, besó a Noemí y se despidió de ella, regresando a su pueblo y a sus dioses. Pero Rut... Rut fue diferente. Con un corazón lleno de amor y lealtad, se negó a dejar a Noemí.

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"Rut le respondió: 'No insistas en que te deje y me separe de ti. Porque a donde tú vayas, iré yo; y donde tú te quedes, me quedaré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios'" (Rut 1:16).

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¿Qué es lo que hace que una persona se aferre a otra, a pesar de las circunstancias difíciles? ¿Qué es lo que hace que alguien esté dispuesto a dejar todo atrás y a seguir a Dios, sin importar el costo?

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Rut y Noemí emprendieron el largo viaje de regreso a Belén, con el corazón lleno de tristeza y el espíritu agobiado por la pérdida. Pero en medio de la desolación, Rut encontró una razón para seguir adelante. Su amor por Noemí y su determinación de seguir a Dios la impulsaban a continuar, a pesar de las dificultades.

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"Y llegaron a Belén cuando comenzaba la siega de cebada" (Rut 1:22).

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Al llegar a Belén, Rut se encontró con un pueblo que la miraba con desconfianza. Era una mujer moabita, una extranjera en una tierra que no era la suya. Pero Rut no se dejó intimidar. Con una fe que solo puede venir de Dios, se puso a trabajar en los campos de Booz, un pariente de Elimelec.

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"Y Rut, la moabita, dijo a Noemí: 'Déjame ir al campo a recoger espigas en pos de los segadores. Quizá alguien me tenga compasión y me permita recoger'" (Rut 2:2).

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Booz era un hombre bueno y piadoso, que se preocupaba por los pobres y los necesitados. Y cuando vio a Rut trabajando en sus campos, se dio cuenta de que era una mujer especial. La trató con bondad y respeto, y le ofreció protección y seguridad.
Leer  Rut 2:11-12.

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"Y Booz le dijo: 'Escucha, Rut. No vayas a recoger espigas en otro campo, ni te vayas de aquí. Quédate cerca de mis criadas. Mira dónde siegan, y ve detrás de ellas. He ordenado a los jóvenes que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a los cántaros y bebe del agua que sacan los jóvenes'" (Rut 2:8-9).

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¿Qué es lo que hace que una persona se sienta valiosa y digna de amor, a pesar de las circunstancias difíciles? ¿Qué es lo que hace que alguien esté dispuesto a trabajar duro y a confiar en Dios, a pesar de la incertidumbre?

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La vida de Rut estaba a punto de cambiar para siempre. Booz, el hombre rico y poderoso, se había fijado en ella y había decidido tomar medidas para protegerla y proporcionarle seguridad. Pero Rut no sabía que esto era solo el comienzo de una historia mucho más grande.

Noemí, la suegra de Rut, le aconsejó que se acercara a Booz y que descubriera sus pies, como un gesto de sumisión y respeto. En la cultura hebrea, descubrir los pies de alguien era un gesto simbólico que indicaba sumisión y respeto.

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"Y Noemí le dijo: 'Lávate, perfúmate y vístete con tus mejores ropas, y baja a la era. Pero no te presentes ante él hasta que haya terminado de comer y beber. Y cuando se acueste, observa el lugar donde se acuesta, y ve y descúbrele los pies y acuéstate allí. Él te dirá lo que debes hacer'" (Rut 3:3-4).

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Rut siguió el consejo de Noemí y se acercó a Booz. Descubrió sus pies y se acostó allí, como un gesto de sumisión y respeto.

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"Y sucedió que a medianoche, Booz se despertó y se sorprendió al ver a una mujer acostada a sus pies" (Rut 3:8).

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Booz se comprometió a proteger a Rut y a tomarla como su esposa, y Rut se levantó temprano y se fue a escondidas para que nadie la viera.

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"Y Rut se levantó antes de que pudieran reconocerla, y Booz le dijo: 'No se sepa que la mujer vino a la era'. Y le dio seis medidas de cebada, y se lo puso sobre su manto, y se fue a la ciudad" (Rut 3:14-15).

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La relación entre Noemí y Rut es un ejemplo inspirador de cómo podemos reflejar a Cristo en los demás. Noemí, a pesar de su dolor y su pérdida, se convirtió en una fuente de esperanza y apoyo para Rut. Su amor y su lealtad hacia Rut la llevaron a creer en el Dios de los hebreos.

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"Y las mujeres decían a Noemí: 'Bendito sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin redentor, y que su nombre sea famoso en Israel'" (Rut 4:14).

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¿Qué podemos aprender de la relación entre Noemí y Rut? ¿Cómo podemos reflejar a Cristo en los demás, especialmente en aquellos que están sufriendo o necesitan apoyo? ¿Qué pasaría si, como Noemí, nos convirtiéramos en una fuente de esperanza y apoyo para aquellos que nos rodean?

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La historia de Rut nos muestra que Dios se revela con los humildes de corazón y derrama su gracia en el momento preciso. Él es el que orquesta cada evento para que suceda según su plan. Y en la vida de Rut, vemos un ejemplo perfecto de esto.

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"Y Rut, la moabita, se convirtió en la esposa de Booz y dio a luz a Obed. Obed fue el padre de Isaí, y luego Isaí  fue el padre del rey David" (Rut 4:13-22).

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La historia de Rut no solo es una inspiradora historia de fe y perseverancia, sino que también es un eslabón importante en la genealogía de Jesucristo. A través de su matrimonio con Booz, Rut se convirtió en la bisabuela del rey David. Y a través de la línea de David, la genealogía de Rut se extiende hasta Jesucristo.

Leer: Mateo 1:5.

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¿Qué es lo que te habla esta historia? ¿Qué es lo que te hace reflexionar sobre tu propia vida y tu comunión con Dios? ¿Cómo puedes aplicar los principios de la historia de Rut en tu vida diaria?

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Recuerda que la historia de Rut es un ejemplo de cómo Dios puede tomar a alguien en la desolación y la oscuridad y convertirlo en alguien nuevo y transformado. ¡Espero que esta historia te haya inspirado y te haya recordado la bondad y la fidelidad de Dios!

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