La mujer de la Biblia
Nahúm
Autor: J. Vernon McGee
Quiero mencionar aquí nuevamente que los Libros de Jonás y de Nahum van juntos. En realidad, el pequeño Libro de Jonás, no es una profecía, sino más bien un informe, un relato de su actividad misionera en la ciudad de Nínive, donde la población en su totalidad se volvió a Dios, y Dios les perdonó. Y les salvó del juicio. Pero pasaron cien años y luego esta gente se apartó del Señor nuevamente. Entonces Nahum fue levantado para presentar el mensaje de Dios, y la totalidad de su mensaje es contra la ciudad de Nínive. Lo que tenemos aquí es una descripción amplia, una profecía muy vívida de la destrucción total de la ciudad. La ciudad fue destruida tan completamente que no fue hasta 1850 que se localizó y se excavó. Se ha aprendido mucho en cuanto a la ciudad de Nínive y la civilización asiria a través de esa excavación.
Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en su marcha; se apresurarán a su muro, y la defensa se preparará. [Nah. 2:5]
La destrucción de Nínive tuvo lugar cuando los medos vinieron bajo el rey Ciáxares. Babilonia en esa época no era el reino más grande, pero se unieron con los medos y juntos se dirigieron contra esa ciudad.
El rey de Asiria dependía de sus caudillos militares, pero por tener miedo, ellos tropezaron y cayeron en su marcha. Por supuesto, la defensa de los muros de la ciudad era de importancia primaria en la batalla.
Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido. [Nah. 2:6]
Nahum profetiza aquí que el Río Tigris será desviado hacia la ciudad. Fue durante este tiempo en que se llevaba a cabo esta campaña, que hubo mucha lluvia, fuertes lluvias en esa zona que causó que el Río Tigris se desbordara. Cuando eso ocurrió, las aguas se llevaron una porción de los muros de la ciudad. La ciudad se llenó con agua. Las puertas de los ríos se abrirán y el palacio será destruido. Creo que las aguas desbordadas socavaron los cimientos del palacio y que éste fue completamente destruido. Se nos dice en la historia profana que parte del muro fue derribado. En realidad, unos cuatro kilómetros del muro de la ciudad de Nínive se encontraban al lado del Río Tigris. La ciudad se encontraba de unos cuatro hasta unos diez metros de altura sobre el río; es decir, cuando no había desbordamientos. Pero cuando ocurrió ese desbordamiento, el río se llevó una sección completa del muro. Entonces, el enemigo pudo entrar sin dificultad por allí. O sea que, el río abrió una brecha en el muro, aquello que el enemigo estaba tratando de hacer. Parecería como que el Señor estaba cooperando en la destrucción de la ciudad. Ahora, las puertas del río se abrieron, y hasta el mismo palacio fue derribado por la inundación. Se dice que lo que sucedió allí, en realidad, es que los canales de irrigación fueron abiertos, y que el palacio fue cubierto totalmente.
Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos. [Nah. 2:7]
No sé si usted ha tenido oportunidad de ver alguna vez una bandada de palomas; quizá ha ido a cazarlas y se ha dado cuenta que cuando las palomas se asustan, y todas juntas toman vuelo, es como si se golpearan los pechos con sus alas. Ése es el ruido que ellas producen cuando levantan vuelo. Ése es el cuadro que se nos presenta aquí en este versículo. Las criadas se estaban golpeando los pechos, tal cual lo hacen las palomas con las alas cuando levantan vuelo. El ruido que producían era como el ruido de las manos contra los pechos.
Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos! pero ninguno mira. [Nah. 2:8]
Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas. La inundación había entrado, y la ciudad llegó a ser como un lago.
¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira. Es decir, que se les había dado la orden de mantener su posición. Pero cuando vieron la inundación que se acercaba junto con el enemigo, ellos pensaron que no era hora de escuchar a sus comandantes, sino de huir y alejarse de allí tan pronto como les fuera posible.
Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables. [Nah. 2:9]
Saquead plata, saquead oro. Se invita al enemigo a que se apodere del oro y de la plata, a que se lo lleve como botín. No hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables. La ciudad de Nínive era muy rica y tenía mucha ornamentación. Los palacios eran bellos, y la gente vivía en lujo por los éxitos que ellos habían tenido en la guerra. Los asirios habían traído botín de todas las grandes naciones de aquel entonces—así que la ciudad había llegado a tener mucha riqueza. Hasta el reino del sur de Judá les estaba pagando tributo en aquel entonces.
Vacía, agotada y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las entrañas, rostros demudados. [Nah. 2:10]
Vacía, agotada y desolada está. Los enemigos habían tomado todo el botín; de la misma manera en que Asiria habría traído a esa ciudad el botín de otras batallas, y todo esto estaba reunido en un lugar, y el enemigo ahora se apoderó de esto y se lo llevó. Entonces, Nínive queda vacía, agotada y desolada.
Y el corazón desfallecido; temblor de rodillas. Cuando las rodillas le comienzan a temblar a uno, eso indica que uno tiene temor en el corazón. Eso es lo que ocurrió con los asirios.
Dolor en las entrañas, rostros demudados. Ésta era una ocasión cuando la gente tenía mucho temor, mucho miedo, porque sabían que eran aborrecidos por el resto del mundo en aquel día. Todos sus vecinos les aborrecían porque ellos, los asirios, eran conocidos como una nación muy brutal. Ahora, los enemigos aprovechan para vengarse. Sus rostros están pálidos, como si ya no tuvieran sangre. Nahum dice: rostros demudados. Creo que ellos se estaban cubriendo con cenizas y cilicio.
¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los espantase? [Nah. 2:11]
Tanto Asiria como Babilonia utilizaban al león como símbolo de su imperio. Nahum podría referirse a que tenían allí en realidad a leones, porque sí que los tenían, pero también podría referirse a los jóvenes porque el león era el símbolo de la fortaleza del reino. Pero lo que se está diciendo aquí es, sea que se refiera a leones de forma literal o a la fortaleza de su ejército, ambas cosas ya no están, ya han abandonado el lugar, o han sido muertos.
El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas. [Nah. 2:12]
Ellos habían estado bien alimentados, ya sea que se refiera aquí al león en forma literal o se refiera al ejército. Pero todo eso ha terminado, ya no tienen nada que comer, porque todo se lo ha llevado el enemigo.
Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros. [Nah. 2:13]
Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Dios no dice eso muy a menudo. Él dice algo aquí que sólo había dicho contra Gog y Magog, y muchos de nosotros creemos que en los capítulos 38 y 39 del Libro de Ezequiel, se refiere a la moderna nación de Rusia, y creemos que esto ha sido establecido por eruditos de tendencia conservadora. Mas aún, no creemos que nadie diría que no es así, excepto el liberal que deja de lado hechos y evidencias. Dios dice allí a Rusia, “Estoy en contra de ti,” y Él establece un patrón para nosotros. Rusia ha tenido el Evangelio; de hecho, lo tenían antes de nosotros. Pero hoy el comunismo es opuesto a Dios. Es ateísta; su filosofía básica es que se opone a Dios. Pero Dios se les adelantó. Él les dijo hace mucho tiempo, antes de que apareciera como nación, “Estoy en contra de ti”.
Aquí en Nahum Dios está diciendo: Heme aquí contra ti. Aquí se refiere a Nínive. Y tenemos una norma establecida. Éste es un pueblo que ha tenido un mensajero con un mensaje especial de parte de Dios. Ellos se habían vuelto al Dios Vivo, pero ahora, le han dado la espalda. Cuando usted ha tenido la luz y la rechaza, el Señor Jesús dice: Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (Mt. 6:23) O sea que, si la luz está brillando frente a sus ojos, y usted dice que no puede ver, entonces, eso indica que usted es ciego. Esto me recuerda un incidente de una explosión que tuvo lugar en una mina, y que había atrapado allí a algunos mineros. Cuando llegó ayuda de afuera, lo primero que hicieron fue bajar un cable con electricidad para que tuvieran luz los mineros atrapados. Allí entre ellos, se encontraba un joven que después de haberse encendido la luz preguntó: “Y, ¿por qué no encienden la luz?” Los que estaban con él le miraron sorprendidos, porque se dieron cuenta entonces que la explosión le había dejado ciego. Mientras ellos se encontraban en las tinieblas, nadie podría decir que él estaba ciego. Él mismo no se daba cuenta porque pensaba que habían apagado las luces. Si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Eso indica que usted está ciego, y ése es el cuadro que Nahum nos da. Los asirios habían tenido la luz, pero habían rechazado la luz. Cuando uno rechaza la luz, entonces su responsabilidad es mayor.
Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos. Otra vez, esto podría ser leones literales o los jóvenes porque el león era el símbolo de la fuerza de la nación.
Y cortaré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros. Aquí tenemos una expresión un poco extraña, dirigida a Nínive; algo expresado de manera terminante. Cien años antes, Dios, demostrando Su gracia, había salvado a Nínive cuando los habitantes se habían arrepentido y se habían vuelto a Él. Él le había dicho a Jonás de una manera tierna: ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad? (Jon. 4:11). La ciudad que se vuelva a Dios, Dios la salvará. Pero el tiempo ha seguido, y ellos han vuelto a esa terrible apostasía. Y Dios ahora los va a juzgar. “Estoy contra ti. Yo te voy a derribar. Te aniquilaré, y dejarás de existir”. Éste debería ser el mensaje hoy para aquéllos que han dado sus espaldas totalmente a Dios. Esto significa un juicio total, completo.